El objetivo de este tipo de competición es
que el caballo realice un recorrido en el que se encontrará con
obstáculos variados que permanecen fijos a lo largo del mismo;
sin cometer ninguna falta.
En el salto de obstáculos se ponen a prueba la obediencia
del caballo y sus aptitudes como atleta; pero también la capacidad
del jinete para ayudar a su caballo sin interferir en el salto.
El jinete deberá montar hacia delante, manteniendo el ritmo y el
equilibrio, tratando de intervenir lo menos posible para no trabar
al caballo.
Este tipo de competición se divide en diferentes
pruebas, que se disputan en función de varios baremos: contrareloj,
potencia, con cronómetro...Además se clasifican en diferentes grupos
en función de la altura del caballo (desde 1,10 a 1,60 metros).
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